Surcar los mares en Mallorca es uno de los placeres de la vida, ya sea en yate o velero, las rutas marítimas que nos ofrece la isla son un escenario de película en el que disfrutar de la brisa del mar, el balanceo de las olas, los majestuosos paisajes y la fauna marina. Un placer sin prisas.
Navegar es una de las formas más relajantes de explorar la isla y toparse con las calas más recónditas, los paisajes más naturales y las noches estrelladas más espectaculares. Y es que el turismo náutico está de moda en Mallorca, ya que la isla cuenta con más de 150 zonas para fondear y cientos de opciones entre playas de arena blanca y calas. ¿Sabes qué lugar elegir?
Cala Marmols: El murmullo del mar se acentúa en este paradisíaco lugar, lejano a cualquier signo de civilización y al que suele accederse únicamente en barco debido a la dificultad de la excursión para llegar a pie. Un lugar de ensueño donde desconectar de la rutina y descubrir la belleza de Mallorca.
Cabrera: Una isla desierta a 5 millas náuticas de Ses Salines, que gracias a su diversa fauna y flora fue declarado como parque natural, por lo que es necesario solicitar un permiso de navegación para visitar este rincón de paz y serenidad.
Cala Figuera: Una playa entre acantilados en la que disfrutar del color turquesa que tiñe el paisaje y la naturaleza que lo rodea. Se sitúa a unos 13,4 kilómetros del Puerto de Pollença, y a pesar de contar con acceso para coches, es un lugar tranquilo y poco transitado.